UNA GOTITA, UNA GOTITA DE AMOR PROPIO QUE BUENA FALTA NOS HACE A TODOS. DRA. SANDRA MONTENEGRO.

GOTITA DE AMOR
UNA GOTITA, UNA GOTITA DE AMOR PROPIO QUE BUENA FALTA NOS HACE A TODOS.
DRA. SANDRA MONTENEGRO.
Hoy considero que es un buen día para referirme a las gotitas de amor esparcidas a través de la vida de cada uno de nosotros; no estamos solos, aunque muchas veces nuestras creencias nos hacen sentir de esa manera, nos sentimos aislados en un mundo rodeado de familia, amigos, seres cercanos… Es preciso recordar que el primer lugar de refugio es esa GOTITA DE AMOR PROPIO que debe emanar de lo más profundo de nuestro corazón, sabiendo que no hay otro ser como nosotros, que somos únicos, irrepetibles con luces y sombras; pero siempre hay mucho que darnos, regalarnos, sonreírnos y decir una y otra vez, yo puedo, claro que puedo porque dentro de mí reside la fuerza inagotable del amor incondicional de Dios y su Gracia Divina.
El cielo está lleno y esparcido con gotitas de amor que sembramos aquí en la tierra; los que ahora viven allá y los que seguimos viviendo en esta patria terrenal; sé que llegan momentos de reflexión profunda, mirar al interior y buscar con una lámpara encendida las cosas buenas que tenemos para sembrar como semillas fructíferas y estelares que den fruto y fruto en abundancia para nuestra propia vida y la de otras personas a las que incondicionalmente podamos hacerles un bien.
¿Qué se llevan nuestros seres queridos cuando se van a la Patria Eterna? Se van cargados del perdón que les pedimos, del amor que les otorgamos, de las palabras de aliento que una y otra vez escucharon en nuestros labios, de esas caricias que representaban una gotita cálida de amor: No temas, que estoy contigo.
Cielo hermoso lleno de multitud de gotitas de amor, cielo precioso recibiendo suspiros continuos de corazones que latimos al unísono recordando con amor y extrañando con cariño esas vidas que ahora viven de otra forma y nos contemplan con amor profundo desde el más allá.
Traigo a mi memoria las palabras de San Francisco de Asís:
“Señor, hazme, haznos un instrumento de tu paz”.