Recorriendo…
El valor de un trofeo
MARCO A. RODRÍGUEZ RUIZ
La tarde del sábado 29 de junio pasado, culminó un torneo más del futbol veterano en Canatlán, con la ceremonia correspondiente, en la cual y de manera que ya comienza a ser una tradición, no hubo entrega de trofeo a los equipos que sobresalieron, como lo es el campeón, subcampeón y el mal dicho “campeón de liga”, que en la realidad fue el conjunto que encabezó la tabla general del torneo regular.
Sin embargo, la excepción lo fue el multicampeón goleador Jesús Díaz Huerta, quien lleno de orgullo recibió de Jesús Nemecio Ávila Silva su trofeo, el noveno como campeón goleador consecutivo en la Liga de Futbol Veterano Peroneros, un título más al cual se le suman los 15 logrados en el torneo de futbol de primera fuerza de la tierra manzanera.
La moda desde hace unos pocos torneos es el que los equipos prefieren recibir dinero en lugar del tradicional trofeo, que de acuerdo a una de sus acepciones, es Monumento, insignia o señal de una victoria.
Hay opiniones en torno a uno y otro hecho, referente a recibir trofeo o un premio en efectivo o en especie.
La primera, de parte de un ex jugador destacado y también padre del gran goleador Jesús Díaz, quien mencionó que el dinero se va en la primera borrachera y el trofeo queda ahí como un recuerdo a un esfuerzo, a un logro, que se guarda como parte de un recorrido deportivo y en otro de los casos, para que generaciones siguientes conozcan de estas hazañas.
La opinión opuesta es que cuando es trofeo solo una persona se quedará con él, mientras que el dinero en efectivo se reparte o se utiliza en alguna actividad o acción que beneficia al conjunto.
Aquí entra otro personaje muy presente en el deporte organizado, como es el futbol canatlense y es el patrocinador, que en casos como Carlos Gurrola Venegas, “Foro “García Robles o su hermano Martín, hacen un gran esfuerzo para conjuntar, respaldar y apoyar al respectivo equipo durante el torneo.
Por cierto, también reconocer al gobierno municipal actual y anterior el apoyo que de manera decidida otorga para respaldar al comité organizador a la hora de premiar a lo mejor de lo mejor, también en efectivo y para ello aparece el tradicional cheque ilustrativo.
Tiempos traen tiempos y lo que por muchos años era un momento muy esperado, por el cual se luchaba durante el torneo, el recibir el trofeo y entregarlo orgulloso al patrocinador, muchas veces con el propósito de asegurar uniforme nuevo, ahora ya es parte de uno de los muchos recuerdos que van quedando en la historia del balompié local.