Recorriendo El Molino, Nuevo Ideal.
SAUL GUEVARA GALLEGOS.
El pasado día 19 de mayo llegamos al bello Jardín Juárez, en el centro histórico de Santiago Papasquiaro, sitio acostumbrado para comenzar las salidas; en esta ocasión, para ir a recorrer el paraje conocido como El Molino, en el municipio Nuevo Ideal, lo que ya es una costumbre en el grupo de senderismo Pinoleros Clan
Salimos a las siete de la mañana, como acordamos, en dos vehículos; íbamos nueve personas, unos pocos kilómetros adelante de Guatimapé está la desviación a El Molino.
Al llegar al poblado continuamos hasta El Charco Azul lugar en donde dejamos los vehículos y empezamos la caminada íbamos en busca de una cueva que a un compañero le habían dicho que estaba en uno de los dos arroyos que se juntan en Charco Azul y era el de la derecha, (íbamos sin guía).
Caminamos arroyo arriba entre la sombra de árboles y en partes con algo de agua ya que por la sequía trae poco caudal lo que nos permitía pasar fácil de un lado a otro buscando en donde pudiéramos caminar mejor, más adelante el arroyo se dividía en dos y seguimos el de la izquierda, luego nos encontramos dos personas a caballo y nos dijeron que por dónde íbamos más adelante estaba una cueva, pero no era la que le habían dicho al compañero. Seguimos avanzando y más adelante por el arroyo que íbamos también se dividía en dos, igual seguimos el de la izquierda y había unos paisajes muy bonitos y hallamos cuatro cuevas muy bonitas.
Luego nos regresamos y por aquí nos encontramos con unos vaqueros que nos informaron de la cueva de Galindo que estaba abajo en donde se juntaban los dos últimos arroyos por el de la derecha y fuimos a buscarla avanzamos casi una hora y no la hallábamos.
En el camino se quedaron a esperarnos cinco compañeros ya que a pesar de ir la mayor parte bajo la sombra de los árboles el calor estaba muy fuerte y se metieron a nadar en el arroyo, los que seguimos no encontramos la cueva de Galindo y nos regresamos con los compañeros y ya regresamos todos juntos a Charco Azul.
No encontramos ni la cueva que le habían dicho al compañero ni la de Galindo, pero las que encontramos estaban increíbles valieron la pena, además de los paisajes del camino. El recorrido fue de más de 17 kilómetros. Ya de pasada llegamos a la Cueva de las Mulas y luego regresamos a Santiago.