¿QUÉ DIRIA GANDHI?
Manuel Zurita
En mi reciente visita relámpago a la ciudad de México D.F., al mirar el aglomerado de la gente pude observar como a través de sus rostros, vestimentas y pertenencias denotaban su forma de vivir.
En la mezcla de culturas miré a personas con rasgos orientales, extranjeros que no hablaban las principales lenguas que rigen nuestro planeta. No podía faltar nuestra raza de bronce que deambulaba en esa cosmopolita ciudad.
Tristemente, mientras viajaba en taxi al lado del periférico justo bajo sus puentes, algunos homeless descansaban en sus maltrechas tiendas de campaña fabricadas con costales y lonas vinílicas utilizando cartones de papel como catres y sus vestimentas como almohada.
Para aquellos que tiene la dicha de tener un hogar, pude notar el descuido exterior con su pintura en franco deterioro y sus techos en abandono.
La mayoría de las viviendas no tienen una fachada externa, solo son imponentes bardas de 4 a 8 metros de altura que parecieran, muchas de ellas, fortalezas cercadas con alambres de púas, circuitos eléctricos en la parte superior, sin olvidar las cámaras de vigilancia y puertas reforzadas con chapas tipo combinación caja fuerte, como muestra de indicio que la inseguridad en esa ciudad es materia preocupante.
No puedo sino alabar el espíritu ambientalista ya que en casas, calles, carreteras y edificios puedes vislumbrar que la reforestación juega un primordial desempeño, aunque insuficiente ante la contaminación que de ahí emana.
Las personas al volante con quienes tuve la oportunidad de llevar a cabo este recorrido fueron tan amables y honestos que borraron cualquier espíritu de desconfianza del visitante en turno; ninguno de ellos tomó la bandera del oportunismo, sino que desempeñaron su papel de salir a trabajar para llevar el sustento diario a sus hogares cuidando de sus unidades móviles, base principal de sus ingresos. Por cierto, ellos me confesaron que quienes se dedican a esa actividad no se encuentran sindicalizados por lo que profesan el libre albedrio político.
Otro hecho es que el gobierno federal promueve arduamente el uso del nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) que se encuentra en el Estado de Mexico presentando tu boleto cinco horas previas al viaje en las casetas para evitar el cobro respectivo, además que las tarifas de vuelo resultan más económicas al momento de reservar tu viaje a ese destino.
Todo esto sucedió con la incertidumbre que el devastador huracán Beryl pudiese cambiar su trayectoria y por ende nuestra narrativa.
De ahí surge la interrogante; ¿Qué reflexión o enseñanza nos hubiese dejado el finado líder hindú si hubiese visitado no solo México D.F. sino nuestro país?