La antigua capilla de Lajas ha sido objeto de robo de valiosas piezas.
CONETO DE COMONFORT, Dgo.- La antigua capilla del poblado San Francisco Javier de Lajas, en el municipio de Coneto de Comonfort, ha sido, con el transcurso de los años, objeto de robos de valiosas piezas que ahí se encontraban y también de profanadores que en su tiempo, no respetaron los restos de personas que ahí reposan
El recorrido por este bello sitio lo hizo quien escribe Acompañado de don Jorge Alfredo Martínez, cronista del municipio y descendiente de Maximiliano Damm, comerciante, empresario y diplomático prusiano Maximiliano Damm, quien además de poseer el Banco de Durango explotaba las minas de Promontorio. Él la adquirió el año de 1890 y a su muerte, la hacienda la heredaron sus hijos José Maximiliano, Hugo Alberto, Federico Carlos e Inés Teodora Damm Palacios.
Al ingresar al interior de la capilla, en terrenos de la ex hacienda, de la cual es el propietario, el anfitrión menciona la seria de robos que se han registrado en ese lugar, desde pequeñas estatuas de ángeles, hechas por el siempre recordado Maestro Benigno Montoya, cuya valor debe ser muy alto, hasta objetos de oro, pinturas, lámparas y otros objetos que formaban parte del patrimonio cultural e histórico del lugar.
Al ingresar a la capilla, se observan un par de retablos, el principal, al frente, con la imagen de San José y en sus brazos el niño Jesús, mientras que a sus lados están los cuatro evangelistas y ahí la inscripción latina “Ecce panis angelorum factus cibus viatorum” (He aquí el pan de los ángeles hecho alimento de los caminantes)
A un costado en la parte frontal, están las tumbas de Maximiliano Damm (1830 – 1898), quien falleció en Alemania y al año siguiente su cuerpo fue trasladado a esta capilla, para reposar junto a su querida esposa Maria Josefa Palacios de Damm (1842 – 1890) y su hija, la niña Maria Teresa Cristina Damm y Palacio (1868 -1871).
Con la firmeza que le da el conocimiento de las cosas, el anfitrión menciona que hace algunas décadas, un sacerdote se llevó un par de piezas de oro y hace aproximadamente diez años, otro párroco fue mencionado como el responsable de la pérdida de una pieza valiosa, una virgen, esto durante los trabajos de rehabilitación que realizó el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Luego de una denuncia, autoridades judiciales dialogaron con el sacerdote, a quien le pidieron regresara la pieza, a lo cual él se negó a declararse como el autor, menciona el informante, quien de manera discreta atestiguó ese encuentro, apareciendo días después la imagen, envuelta en papel periódico, pero desafortunadamente “remodelada”, con retoques y arreglos que le quitaron parte de la originalidad.
Menciona también como presuntos buscadores de tesoros dañaron el piso, a un costado de una de las tumbas, agregando que ni siquiera se ha respetado la paz de los sepulcros de don Maximiliano, cuyo cuerpo fue sacado en una ocasión, con la sorpresa de que se encontraba incorrupto.