El puente del ferrocarril en Canatlán. ¿Historia de saqueo, desinterés o ambas?
MARCO A. RODRÍGUEZ RUIZ
La historia del ferrocarril en Canatlán, municipio y cabecera municipal, representó la llegada de invaluable apoyo al comercio y al transporte, generando una mejor economía para el comercio local, lo mismo el formal que el informal, con una sinuosa vía que iniciaba en la ciudad de Durango y recorría los municipios de Canatlán, Nuevo Ideal y Santiago Papasquiaro, para concluir en Santa Catarina de Tepehuanes.
Entre los beneficios indirectos que la presencia de la cultura del tren presentaba estuvo la construcción de puentes, que además de servir para el paso de locomotoras y furgones representaban también una alternativa para los habitantes de las respectivas regiones, sobre todo en las temporadas de lluvias, que provocaba crecientes y crecidas de ríos y arroyos.
El proyecto ferroviario Durango – Parral comenzó a trabajar en campo el año 1900, de acuerdo a diversos autores, entre ellos Víctor Manuel Morales Ojeda y Javier Guerrero Romero. Ex alcalde tepehuanense y cronista de Durango, respectivamente.
Fue el mes de marzo del citado año cuando inició este gran proyecto, que representó la llegada del ferrocarril a Canatlán.
“..Los esfuerzos anteriores tuvieron como respuesta el día tres de marzo, cuando se recibió en forma anticipada un cargamento de rieles, lo que permitió que para el día 15 del mismo mes se iniciara el servicio público del tren de carga y pasaje ( mixto), el cual haría su recorrido diario con escalas en Casa Blanca, San Antonio, Cacaria y Canatlán”.
Aproximadamente a un Kilómetro antes de llegar a Canatlán cabecera municipal, en su parte sur, corre el río La Sauceda, que en tiempo de lluvias llegó a representar inmensa alternativa de apoyo para las actividades del campo, para la recreación de la población y en tiempo de crecientes, también un problema en la comunicación en localidades como El Presidio, San José de Gracia y la misma Canatlán pueblo / ciudad.
Debido a la desincorporación del ramal ferrocarrilero, el día último de abril del año 1998 fue la pasada final del tren por esta región del noroeste del Estado de Durango y a partir de entonces, al no haber mantenimiento y trabajos de cuidado, la vía empezó a dañarse, resintiendo las diversas condiciones climatológicas, pero sobre todo, el saqueo humano.
En la segunda mitad de la primera década del presente ciclo, el gobierno municipal convino con una empresa particular en desmantelar la vía, ya que dicha empresa buscara el acero de los rieles y a cambio construir una llamada vía verde.
En aquel momento el puente del ferrocarril fue rehabilitado y se colocaron durmientes en todo el trazo, esto durante los trienios de gobierno 2007 – 2010 y 2010- 2013, un trabajo que fue haciéndose menos debido a la actitud voraz y rapiñezca de personas sin escrúpulos que comenzaron a robarse los durmientes, soportes y clavos.
Esa lamentable situación se siguió dando, perdón, se continúa presentando hasta la fecha, provocando que aquel histórico puente del ferrocarril y alternativa de paso, esté actualmente prácticamente con algunos maderos, como un monumento al desinterés gubernamental o a la voracidad ciudadana, sin que esto representa reflejo de la sociedad en general.
Imágenes del articulista y la última, de Genaro Valenzuela.