Después de la tempestad vino la calma, en Canatlán.
MARCO A. RODRÍGUEZ RUIZ
Después de la tempestad de anoche, vino la calma de la madrugada y mañana de miércoles en ciudad Canatlán y localidades rurales, luego de una lluvia fuerte que por aproximadamente una hora estuvo en su apogeo durante la noche de martes, aproximadamente a partir de minutos después de las 20 horas.
Con una precipitación muy intensa, el centro de la ciudad descargó sus aguas en la avenida Ferrocarril, que a su vez descargaba en el arroyo Mimbres, mientras que en colonias aledañas al citado cuerpo de agua, los charcos crecieron y las alcantarillas fueron insuficientes para darle salida, provocando inundaciones en conjuntos habitacionales como el fraccionamiento Soledad Álvarez, Arboledas, colonia Once de Julio, Jardines así como en localidades como Ricardo Flores Magón.
Elementos de Protección Civil acudieron a Las Arboledas a dar auxilio mientras que personal del Sistema del Agua, encabezada por el director Joel Enrique Rodríguez, hacía lo propio en el fraccionamiento magisterial, donde los vecinos mostraron alarma al entrar el agua a sus viviendas, una historia ya muy conocida, la última de ellas hace una semana y la otra y más fuerte, el mes de septiembre del año 2022.
La presidente municipal Ángela Rojas Rivera y los regidores Andrés Vázquez Gurrola, Alma Guadalupe Salazar Castañeda, Aruba Flores Ruiz y Jair Meza Villaseñor se hizo presentes, al igual que Heriberto Álvarez Guajardo, titular de PC, atendiendo y coordinando acciones.
La mañana de miércoles estos lugares amanecieron en tranquilidad, mostrando la costalera con arena que de manera solícita entregó personal de la administración municipal, con el arroyo Mimbres llevando una baja corriente, sin que represente problema alguno, hasta el momento, recordando que se pronostican más lluvias, que tanto estaban haciendo falta en el campo y la ciudad, que representarán una carga al manto acuífero y es de esperarse, la regularización del servicio del agua potable.