Oscurantismo en el magisterio mexicano
Por: Erik Omar Carrasco Favela.
Actualmente, nuestro Sistema Educativo Nacional se encuentra en crisis; no es posible negar que día con día la Educación Pública que reciben miles de personas se encuentra corrupta por las directrices políticas y las ideologías, que a su vez buscan adoctrinar a la población y, lejos de llevarla al máximo logro de las capacidades intelectuales, buscan generar una población de masas ignorantes que sean fáciles de manipular mediante el populismo, en especial con los programas sociales que regalan dinero.
Al docente le han quitado su autonomía, su autoridad y el respeto que años atrás había ganado con mucho esfuerzo. Realmente hay que dejar en claro que el ser maestro en México es reconocer que la sociedad lo repudia y lo culpa de los vicios que enajenan a los padres a sus hijos. El establecimiento de la mal llamada Nueva Escuela Mexicana, y sobre todo los cambios en los libros de texto, ha sido un golpe muy duro en el sistema educativo.
Este problema se pronunciaba desde hace años, al momento de que se ordena que los alumnos de primer y segundo grado de primaria no deben ser reprobados.
Esto demeritó la labor del docente y su facultad para evaluar y dar resultados claros a la sociedad. Lastimosamente, el SNTE, que llegara a ser el sindicato más grande de Latinoamérica, vendió al magisterio de manera grotesca, pensando únicamente en el beneficio personal de sus dirigentes.
Una estocada fulminante al magisterio fue cuando las televisoras de mayor renombre en el país lanzaron una campaña de desprestigio hacia los docentes, en sus programas matutinos de mayor audiencia. Esto generó gran impacto en la población, pues de considerar al docente como una persona respetable, pasó a ser considerado como un ignorante, un acosador, un drogadicto y un villano social.
Otro atraso que fue directamente intencionado durante el sexenio 2006- 2012 fue quitar la plaza automática a los normalistas y sobajarlos al extremo de promover la premisa de que “Cualquiera puede ser Maestro”, con el surgimiento del examen de oposición donde cualquier profesionista tenía la facultad de competir por una plaza docente en cualquier nivel educativo.
Y para crear un escenario más ruin de los planes y programas de estudio de las instituciones formadoras de docentes, se extrae de sus currículos la enseñanza de la didáctica y la pedagogía. También se recorta el periodo de prácticas en los primeros años de formación. Estos atrasos en la formación académica de los futuros docentes siguen sin atenderse, hasta el grado en que no se les enseña y la mayoría no aprende a cómo enseñar a leer y escribir a los estudiantes.
Se logra distinguir que este tipo de cambios va encaminado a destruir la reputación del docente, pues de manera gradual muchos han sucumbido a la presión social y se les ha olvidado que son figura pública y un ejemplo a seguir para sus párvulos. Por el casi nulo apoyo por parte del gobierno, de las autoridades educativas y padres de familia, los maestros no tienen un rendimiento laboral favorable; además, son mal pagados, y su salario llega a ser hasta cuatro veces menor que el de un médico, licenciado, ingeniero, etc.
Por otra parte, el consumo de drogas, el hipersexualismo y el normalizar la violencia, el exhibicionismo, la prostitución y la falta de sentido común ha mermado toda acción para revertir cualquier acción en aras de mejorar esta problemática. Ahora bien, la baja demanda que tienen las normales, en especial las normales rurales, es una consecuencia del decadente sistema de jubilación, donde los docentes no quieren retirarse por la ridícula pensión que se les garantiza para su vida poslaboral.
Es triste ver que cada año se acumula una cantidad enorme de maestros desempleados, ante la falta de plaza por aquellos maestros que no se quieren retirar, los que no se pueden ir por lo antes mencionado y también por la venta ilegal de plazas, tema del que nadie habla. Durante el sexenio 2012- 2018, se truncó el aumento salarial de los maestros y se les evaluó de manera punitiva y coercitiva; trabajaron bajo amenaza de perder su trabajo. Sin embargo, todo parecía cambiar durante el sexenio 2018- 2024, mas no fue así; lo único que cambió fue quitar la amenaza de perder su trabajo. Hasta la fecha sigue el deterioro en la Secretaría de Educación Pública, y lo más alarmante es que la sociedad en general ha aceptado la pérdida del sentido crítico, el bien común y las reglas de convivencia básicas.
Hablar de un crecimiento y desarrollo educativo suena imposible, pues la pérdida de valores y de la razón impera. No es de extrañarse que el país regrese a aquella crisis de analfabetismo que ocurrió antes y durante la Revolución Mexicana, donde más del 80% de la población era analfabeta. Es necesario recordar que pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla.