JUAN NEPOMUCENO FRANCISCO FLORES ALCALDE
Por: Erik Omar Carrasco Favela.
Nació en 1796, en lo que actualmente es la capital del Estado de Durango; hijo de Leonardo Flores Valdez y María de la Luz Alcalde Sánchez de Ontiveros, ambos provenientes de familias latifundistas, por tanto, le fue sencillo relacionarse y adquirir conocimientos respecto de los latifundios agrícolas y ganaderos, rápidamente se convirtió en un prolifero empresario.
En el año de 1826 dio muestras de su gran capacidad, ingenio industrial al introducir en la hacienda de Santa Catalina del Álamo en el estado de Durango, máquinas para despepitar el algodón; siendo administrador y arrendatario en la misma hacienda, de ahí se convirtió en el referente de producción en tal feudo y otros más colindantes, lo que le valió para que ganara una gran cantidad de dinero.
Siendo un gran visionario logró la adquisición de haciendas en los estados de Chihuahua, Coahuila y en especial Durango, adquiriendo en 1836 las haciendas de: San Juan de Casta en el partido de Mapimí; propiedad que fue subdividida en varios predios: San Juan de Avilés, Jesús Nazareno, San Carlos, San Fernando y Tlahualilo.
En 1840 era reconocido como uno de los hombres más adinerados del estado Durango, puesto que, llegó a ser dueño de las haciendas de Ramos y San Francisco en Indé, la Ferrería en Durango y otras propiedades en el estado, como la hacienda de la de San Miguel de Guatimapé en Nuevo Ideal, misma que compró en 1857 junto con el rancho de Los Alisos; al año siguiente el de Santiaguillo, todas sus propiedades a lo largo del estado daban una superficie aproximada de 500 000 hectáreas.
De esta manera construyó un enorme latifundio, en 1855; el gobierno calculó su fortuna en 1 000 000 de pesos. Convirtiéndose en el principal latifundista de Durango, al estimarse que sus tierras abarcaban la superficie de un millón de hectáreas. Le apasionaba la vida del campo, de todas sus haciendas en la que más le agradaban para trabajar y descansar por largas temporadas, eran dos: Hacienda Guadalupe, en Peñón Blanco, y la Hacienda de San Juan de Avilés, Ciudad Juárez, Durango y las atractivas arboledas alrededor del Río Nazas.
En la primera supervisaba las labores de sus fábricas textiles: Guadalupe, Belem y La Concha; en la segunda, organizaba las tareas del cultivo y la cosecha del algodón. Tenía una elegante casa de la ciudad de Durango, ubicada a dos cuadras de la Catedral, en la cual hacía lujosas fiestas para su familia y sus amistades.
Fue el primero en establecer una fundición para aprovechar el fierro del Cerro de Mercado; fundó fábricas de hilados de algodón en Peñón Blanco, y destacó en el cultivo del algodón en la región de La Laguna; también tuvo la idea de desviar las aguas del Río Nazas por medio de canales de riego, para lo cual construyó el de San Fernando, mismo que todavía se conserva en el lugar en que lo edificó.
Juan Nepomuceno estuvo casado con María de la Luz Quijar Alcalde, originaria de San Miguel del Mezquital, Zacatecas; en su matrimonió engendró 12 hijos y sólo sobrevivieron seis. Como todos los capitalistas de aquella época, se incorporó al Partido Conservador, y brindó su apoyo durante la Intervención Francesa. Un hecho que destacó sobre su afinidad al conservadurismo fue la visita que hizo al Partido de Cinco Señores el 14 de octubre de 1864, en donde con el apoyo de 58 ciudadanos –notables terratenientes–, firmaron un documento al que se le denominó “Acta de Adhesión al Imperio de Maximiliano”.
Por consiguiente, el 4 de junio de 1864 se le nombró Presidente del Consejo Departamental del Imperio. En su conocida Hacienda San Juan de Avilés, brindó toda clase de atenciones a las tropas conservadoras y napoleónicas; en donde los franceses arribaron procedentes de la población de Matamoros, Coahuila. En la Hacienda de San Juan de Avilés, hoy ciudad Juárez, fijó su residencia en la cual al igual que en todas sus propiedades se inscribió la leyenda “Dios de bondad protégenos” ya que tenía gran fervor por la religión católica. Ese mismo año compró el rancho de Gigantes, cuyas tierras también eran adyacentes a Guatimapé.
También fue propietario de la Hacienda La Estanzuela, ubicada en el actual municipio de Cuencamé, en terrenos de la misma se libró la famosa “Batalla de Majoma”, donde se enfrentaron el 21 de septiembre de 1864 las fuerzas imperialistas al mando del Coronel Martín, fallecido en la revuelta; mientras que el ejército juarista fue dirigido por el General Jesús González Ortega, quien fue derrotado.
El 31 de enero de 1866, Maximiliano de Habsburgo le concedió la “Cruz de caballero de la Orden Imperial de Guadalupe”, pero ese mismo año Napoleón Bonaparte III ordenó a sus tropas que se retiraran y regresaran a Francia, lo cual cambió el curso de la guerra favoreciendo a los republicanos. A sabiendas de la entrada del ejército juarista a Durango, Juan Nepomuceno tomó la decisión de abandonar la entidad junto con su esposa e hijos. Sus propiedades fueron confiscadas por el propio Benito Juárez.
Su hacienda de “San Fernando” le fue expropiada por causa de utilidad pública, debido a su colaboración con los franceses y por haber formado parte del gobierno intervencionista, según decreto de fecha 29 de agosto de 1867 y la misma fue destinada para convertirse en la población de “Villa Lerdo” en honor y memoria a Miguel Lerdo de Tejada.
Su sobrino Juan Manuel Flores Ceniceros fue jefe político de Indé, se incorporó a los levantamientos a que convocó Porfirio Díaz en el Plan de la Noria en 1871, en contra de Benito Juárez, y al Plan de Tuxtepec en 1876, en contra Sebastián Lerdo de Tejada; lo que le sirvió para que un año más tarde, en 1877 se conviritiera en Gobernador del Estado de Durango.
Juan Manuel Flores Ceniceros buscó limpiar la deteriorada imagen de su tío y tambien suegro Juan Nepomuceno Francisco Flores Alcalde, quien con éxito puso en marcha de sus negocios y después recuperó su porder político y sus tierras con excepción de la hacienda de San Fernando. Fue fundador y Presidente del Consejo de Administración del Banco de Durango.
En el año de 1885 fundó la “Compañía agrícola del Tlahualilo limitada” sin embargo, entró en conflicto con los usuarios del agua del Río Nazas, tanto de Durango como de Coahuila, mas eso no lo detuvo y con el tiempo gestionó: un ramal de ferrocarril, un despepitador de algodón, una fábrica de aceites y jabones, un dinamo para luz eléctrica y una escuela para niños y niñas.
La familia de Juan Nepomuceno que estuvo compuesta por esposa y los seis hijos que le sobrevivieron continuaron con la explotación de sus predios. Murió el 02 de diciembre de 1886 a los cien años, dejando un gran legado de trabajo e industria.