EDUCA A LOS NIÑOS Y NO TENDRÁS QUE CASTIGAR A LOS HOMBRES
Profr. Erik Omar Carrasco Favela
La célebre frase “Educa a los niños y no tendrás que castigar a los hombres” que fue atribuida a Pitágoras, el gran Filósofo y Matemático Griego, hace más de 2 500 años; todavía en la actualidad nos hace reflexionar sobre gran significado y el mensaje que dejó, mismo que hasta hoy no ha sido atendido del todo.
La falsa creencia que se tiene de delegar a las escuelas la total responsabilidad de la educación de los individuos ha repercutido en que se les culpe totalmente a los maestros de la carente educación que tiene la sociedad en general. Es importante recordar que el proceso de educabilidad no significa que el individuo aprenda o se eduque completamente en las aulas, cabe aclarar, que a las instituciones educativas les corresponde sólo una parte de la educación de las personas; específicamente les conciernen los procesos de enseñanza–aprendizaje.
El ser humano tiene la capacidad de aprender y educarse en diferentes escenarios y entornos, posiblemente si se dejara de delegar toda la responsabilidad de la educación a los centros educativos: y en casa se trabajarán más los valores, los padres y madres de familia asumieran a cabalidad las responsabilidades que les corresponden en cuanto a enseñar buenos modales y buenos hábitos a los niños, el crecimiento a futuro como sociedad y como comunidad sería altamente favorecido.
Es lamentable que a sabiendas de que en el país se está viviendo un momento crítico en razón los diversos conflictos sociales que se viven día con día, no se realicen acciones para evitar que estos problemas siguán presentándose. Se debe reconocer que la educación que se le dé a los infantes tendrá un impacto a futuro, si los niños recibieran el apoyo y la atención adecuada por parte de sus padres y en las escuelas se les diera el acompañamiento apropiado para que accedieran a una educación integral y de excelencia; de la que tanto se habla en los diversos discursos políticos que hasta el día de hoy han sido vacíos e infructíferos, se tendría un mejor país, y un reconocimiento favorable a nivel global demostrando la gran nación que es.
En razón de lo anteriormente expuesto, se exhorta y se hace un llamado a cambiar nuestro entorno, a ser responsables y a no sólo quejarse de la situación que actualmente se vive, es tiempo de trabajar y realizar acciones que sumen y no que resten a nuestra sociedad, sin olvidar las sabias palabras de Pitágoras y su gran anhelo por formar hombres y mujeres virtuosas que busquen el bien común.