Desde el aula… Delfina Arroyo Varela

DELFINA ARROYO VARELA
Por: Erik Omar Carrasco Favela.
Nació el 7 de julio de 1886 en Nombre de Dios, Durango; sus padres fueron Blas Arroyo y Francisca Varela de Arroyo. La familia quedó conformada por seis hijos, de los cuales solo sobrevivieron Delfina y Blas; sus otros cuatro hermanos fallecieron a temprana edad. A temprana edad emigraron a Durango.
Estudió la educación primaria elemental de 1ro a 4to grado de primaria y la educación superior de 5to a 6to grado de primaria en las escuelas de la Ciudad de Durango, en las cuales sobresalió como una estudiante distinguida por su brillante inteligencia, sólidos hábitos de estudio y especial por sus altas calificaciones.
En aquella época era poco común que las mujeres cursaran la educación superior, lo cual le valió para ingresar a la Academia de Profesores de Instrucción Primaria de Durango. El 22 de diciembre de 1905 obtuvo el título de Maestra de Instrucción Primaria, otorgado por el jurado que fue integrado por los profesores Bruno Martínez Salinas, Remedios Escárzaga, Guadalupe Reyes y Guadalupe Patoni.
El 12 de enero de 1906 fue designada Directora de la Escuela del Mezquital, donde se desempeñó con gran fervor en su vocación por la enseñanza, organizando la escuela de aquella comunidad. El 25 de septiembre de ese mismo año, fue designada directora de la Escuela del municipio de Indé; además, su trabajo fue reconocido por la comunidad. Al finalizar su primer año de servicio, le otorgaron un oficio de felicitación.
El 28 de septiembre de 1907, fue nombrada Auxiliar de la Escuela 6 de Niños de la Ciudad de Durango. Debido a su relevante labor, amplio dominio de la didáctica y su loable trayectoria como maestra, el 6 de diciembre de 1915 fue ascendida al puesto de Directora de la Escuela de Niños Francisco Zarco de la misma Ciudad Capital.
Dos años después, en 1917, fue nombrada Directora de la Escuela Anexa a la Normal del Estado de Durango. De 1920 a 1922 impartió las materias de Geografía y Contabilidad en la Escuela Normal del Estado; también fue catedrática de Geografía en la Escuela Comercial Juan Hernández y Marín.
De 1923 a 1925 impartió cátedras de Antropología Pedagógica y Caligrafía en la Escuela Normal del Estado. De igual manera, se desempeñó como Secretaria Subdirectora y posteriormente Inspectora del Instituto Juan Hernández y Marín. Ganó una gran fama de excelente maestra; en 1928, el Profesor Gonzalo Mata, Director de Educación Federal del Estado de Veracruz, le ofreció la dirección del Centro Obrero de Santa Rosa. También, fue autora de la biografía del Maestro Rafael Valenzuela, en el texto titulado “In Memoriam al Señor Profesor Rafael Valenzuela. 1854-1928”.
Años más tarde, en 1932, después de renunciar a la dirección del Centro Obrero de Santa Rosa, formó parte de la plantilla docente de la Escuela Normal Rural “Benito Juárez García” en Xalisco, Nayarit. Un año después regresa a Durango y junto con la Maestra María Salazar en 1933 fundaron el Colegio Particular Rafael Valenzuela.
El 11 de agosto de 1937 fue nombrada Inspectora Escolar de Escuelas del Estado. Fue precursora de la idea de la separación de la secundaria de la profesional y de la educación para adultos. De 1950 a 1956, se le encomendó un estudio para la reestructuración de la educación media en el Estado de Durango. Planteó que la educación secundaria dejara de ser anexa a la profesional, puesto que detectó que los estudiantes cursaban una carrera sin vocación.
Organizó Centros de Cooperación Pedagógica, y promovió campañas de alfabetización a lo largo del estado; con frecuencia organizaba tertulias pedagógicas en el municipio de Tepehuanes y en la Ciudad de Durango. Recibió la medalla Ignacio Ramírez por sus 30 años de servicio y la medalla Ignacio Manuel Altamirano por sus 50 años de servicio.
Se jubiló el 16 de septiembre de 1956; sin embargo, continuó preocupada por la educación del estado y comenzó a diseñar una cartilla para la alfabetización, y a la par inició a escribir literatura para las personas que recién desarrollaban habilidades lectoras, buscando que no hubiera analfabetos funcionales.
Lamentablemente, no llegó a culminar estos proyectos y falleció el 16 de febrero de 1966. Una calle de la colonia Hipódromo, un jardín de niños y una escuela primaria de la Ciudad de Durango, al igual que un jardín de niños de la cabecera municipal de Nuevo Ideal, llevan su nombre.

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