Catarino Herrera Barraza
Por: Erik Omar Carrasco Favela.
Nació el 30 de abril de 1894 en el poblado de Santa Catarina, del municipio de Tepehuanes, razón por la cual sus padres lo llamaron Catarino. Sus padres fueron el señor Apolonio Herrera y su madre, la señora Felícitas Barraza. A los pocos días de su nacimiento, su familia se trasladó a la cabecera municipal de Indé, en donde realizó sus primeros estudios en la Escuela Municipal, que estaba bajo la dirección del Profesor Francisco Avitia, un gran maestro rural. El profesor Herrera tuvo 14 hermanos, de los cuales él era el mayor.
A la edad de 14 años, inició sus labores como maestro rural, con la fiel intención de servir a las comunidades que se le encomendaron; la primera fue la comunidad de Vetarron, en la Escuela de Niños, en el municipio de Indé, nombre alusivo a veta grande, hoy conocida como Ventarrón, luchando tenaz y eficazmente contra el analfabetismo y la miseria. Enseñaba la carpintería como una fuente de ingresos, oficio que aprendió de su padre, quien se dedicaba además al traslado de mercancías en una tropilla de burros.
En 1913 se trasladó al Municipio de Durango, a fungir como maestro de la escuela del Pueblito. Ávido de una gran fama como maestro rural, el 1 de agosto de 1916 se le nombró auxiliar de la Escuela Núm. 7 de niños de la ciudad de Durango. En cuanto a su vida personal, en el año de 1919 contrajo matrimonio civil y religioso con Enedina Pérez G. y, simultáneamente a su labor docente, ingresó a la “Academia Mercantil Pedro Chávez”.
El 1 de octubre de 1920 fue nombrado Director de la Escuela de Niños Núm. 1 de la Ciudad de Durango. Tres años después, en 1923, fue designado Profesor del Ejército de la X Zona Militar, con grado de Mayor. Siete meses después, en 1924, renunció al grado de militar y se incorporó como profesor del Centro de Educación Popular Nocturna.
Para escalar un puesto más elevado en su carrera profesional, se vio obligado a ingresar a la Escuela Normal del Estado, en el año de 1925, a los 25 años de edad, distinguiéndose como un alumno respetuoso, dedicado por completo al estudio y excelente compañero; se tituló en el año escolar 1926-1927.
En 1927, fungió como presidente de la Sociedad de Estudiantes Normalistas de Durango (SEND). El 17 de agosto de ese mismo año, se le extendió el nombramiento de Inspector Escolar, pero el 1 de enero de 1928 es nombrado jefe de la Sección de Educación en el Gobierno del Estado de Durango, y el 7 de agosto de 1929 se elevó la Sección Técnica de Educación a Dirección General de Educación del Estado de Durango con aumento de personal. En 1934, escribió un libro intitulado Geografía descriptiva, económica y social de Durango, dirigido a los niños, en un lenguaje sencillo y ameno, siendo una gran contribución al conocimiento, puesto que en aquella época no había un libro de Geografía al alcance infantil, y menos aún de un autor durangueño, exponiendo “cinco viajes”, bien planeados y combinados con la historia de este Estado, haciendo énfasis en la educación social y cívica del alumno.
En 1935, como consecuencia de la Educación Socialista en México, sufrió la persecución de numerosos padres de familia que pretendían lincharlo en la salida de sus labores. Él tuvo la necesidad de ocultarse, primero en el Instituto Juárez, hoy la Universidad Juárez, recinto de la libertad, posteriormente le brindó asilo un amigo y en esta forma logró librarse de sus perseguidores.
Fue Director General de Educación del Estado de Durango hasta el 13 de enero de 1936. Como Director General de Educación, casi duplicó el número de escuelas primarias que existía antes de su llegada. Se construyeron edificios escolares como el Centro Escolar Revolución y las escuelas Guadalupe Victoria y Alberto M. Alvarado en la Capital de Estado. En las comunidades rurales del estado se construyeron escuelas primarias; casas para el maestro, campos y canchas deportivas, y se les aumentó el salario a los profesores.
Desarrolló un método natural de lectoescritura llamado “Pepito” y lo puso en manos de los maestros de Durango. No sólo distribuyó la guía para su aplicación, también impartió cursos intensivos, después de las sesiones de trabajo, diariamente, para mostrar en qué consistía la técnica y dar las indicaciones para la fabricación y elaboración del material necesario, tanto para los ejercicios de maduración como el material para la enseñanza de las Matemáticas en la Escuela Primaria.
El material lo fue recopilando en sus numerosas visitas a las escuelas de nuestra entidad, en forma incansable. Además, en ese tiempo, dibujó un mapa orohidrográfico de la República Mexicana, en otra de sus fases de mentor, que mereció elogiosos conceptos de las autoridades oficiales y fue distribuido profusamente en los planteles escolares.
En septiembre de 1936, la Secretaría de Educación Pública lo nombró Inspector Federal de los Estados de Coahuila y Durango; en este último tenía bajo su atención la 8.ª Zona Escolar, que comprendía los municipios de Peñón Blanco, Guadalupe Victoria, San Juan del Río, Rodeo y parte de Cuencamé, con cabecera en la Ciudad de Francisco I. Madero. Organizaba Centros de Cooperación Pedagógica, impartiendo orientaciones pedagógicas y talleres, especialmente Carpintería en su aplicación a la Escuela Primaria, en su rama de Juguetería; además, componía y él mismo enseñaba coros escolares.
El 29 de noviembre de 1940 fue designado Director del Instituto “18 de Marzo”, en la Ciudad de Gómez Palacio, que entonces abarcaba desde el Jardín de Niños, Primaria y Secundaria; el 25 de agosto de 1944 cesó en sus funciones como Director. Después de tres años y ocho meses de tomar un receso laboral, en 1948, pasó a establecerse en la ciudad de Monterrey y, en 1951, desplegó su actividad profesional como Encargado de la Sección Técnica de la Dirección Federal de Nuevo León y, después de tres años, en 1954, como Inspector de Educación durante 17 años y, finalmente, en 1971, un año y meses como Comisionado a la Sección Técnica de la Dirección Federal de Educación en la ciudad de Monterrey, hasta el 4 de septiembre de 1973. Falleció el 5 de septiembre de 1973 en la Ciudad de Monterrey, Nuevo León.
Como homenaje a su gran labor como docente, en 1972 entró en funciones la Escuela Nocturna “Catarino Herrera”, que brindaba el servicio de Secundaria y Normal, y actualmente es el Centro Escolar “Catarino Herrera”, de la Ciudad de Gómez Palacio. También, una Escuela Primaria y un Jardín de Niños de la Ciudad de Durango llevan su nombre. De mismo modo, en 1976, un Jardín de niños de la comunidad de Esfuerzos Unidos, del municipio de Nuevo Ideal, también lleva su nombre.