DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
PARTE UNO DE DOS
José Noel Pérez Salais
La Inteligencia Artificial (IA), es un concepto complejo de definir, aun no existe una definición universalmente aceptada; esta llego para quedarse, la ciencia ficción ya no lo es, ahora existe la posibilidad de intercambiar una conversación con una máquina.
La IA es creada por el propio ser humano, la cual actúa de forma rápida, pero no siempre certera.
El conocimiento es procesado por software agiles, que dan una respuesta casi de manera inmediata al solicitante.
En otras palabras, la inteligencia artificial es un campo de la informática que se enfoca en crear sistemas que realizan tareas que requieren inteligencia humana, como el aprendizaje, el razonamiento y la percepción.
Estos sistemas toman de su entorno toda la información que esté disponible en la web, para posteriormente procesar la información derivada de los datos y toma decisiones para obtener un objetivo.
El término “inteligencia artificial” (artificial intelillence) fue acuñado por John McCarthy en 1956, pero desde la década de 1940, los matemáticos Norbert Wiener y John von Neumann, estaban trabajando en la teoría de los sistemas y la computación que sentaron las bases para la IA que el propio McCarthy definiría como “la ciencia y la ingeniería de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas de computadora inteligentes”.
Otra fuente de inspiración de la IA se encuentra en la ciencia ficción, los robots y las máquinas inteligentes que aparecieron por primera vez en la literatura y el cine en la década de 1920.
Aunque el término [ciencia ficción] fue acuñado en 1926 por Hugo Gernsback, ya podríamos decir que existían en esa fecha las narraciones que hoy día no dudamos en calificar de ciencia ficción, las cuales recibían diversos nombres, tales como «viajes fantásticos», «relatos de mundos perdidos», «utopías», o «novelas científicas».
A pesar de la existencia de una ciencia ficción francesa representada por “Le voyageur philosophe dans un pays inconnu aux habitants de la Terre” [El viajero filosófico en un país desconocido para los habitantes de la Tierra] (1761) de Daniel Jost de Villeneuve y El año 2440 (1771) del prerromántico francés Louis-Sébastien Mercier, e incluso de una española integrada por el Viaje estático al mundo planetario, 1780, de Lorenzo Hervás y Panduro y el Viaje de un filósofo a Selenópolis (1804) de Antonio Marqués y Espejo, para muchos, la primera obra de ciencia ficción con contenidos similares a los del género, tal y como hoy se entiende, se remonta a 1818, año en que se publica Frankenstein o El moderno Prometeo de Mary Shelley.
Viaje al centro de la Tierra (Voyage au centre de la Terre) es una novela de Julio Verne, publicada en 1864, narra la expedición de un profesor de mineralogía, Otto Lidenbrock, su sobrino Axel y un guía llamado Hans al interior de la Tierra.
De siempre el ser humano ha soñado o hablado de situaciones imposibles en su época, como por ejemplo el viaje a la luna (lo cual ya sucedió), o los teléfonos en los vehículos, las video conferencias en las películas del Santo, el enmascarado de plata, y otro número importante de acontecimientos que poco a poco se han dado.
Pero hablar de IA es otra cosa más amplia, ya que en estos momentos los dispositivos nos dan la oportunidad de consultar en tiempo real lo que sucede al otro lado del mundo, de hacerle pregunta al famoso dispositivo Alexa, tiempo atrás también a Siri. También nos da la posibilidad de crear textos, lo cual no abona mucho al desarrollo humano.
La tecnología avanza para bien de la humanidad, pero también para mal. En la próxima colaboración comentaremos algunas de las desventajas y males que vienen para la inteligencia humana de parte de la famosa AI.